Este proyectado centro de negocios se asienta en Oudenburg, una ciudad pujante que fue un antiguo puerto romano. Así, el nombre Portus define ya con claridad el lugar, la actividad y su relación con el pasado. Desde este punto de inicio, el diseño de la marca resignificó la actividad comercial de un puerto, ya que la conexión simbólica de un centro de negocios con el mismo es positiva. Un puerto sigue siendo la mejor expresión histórica sobre transacciones. Para ello, en esta marca ilustré el puerto con la estética y referente del tiempo de esplendor comercial de este lugar de Flandes utilizando los mismos colores de la bandera flamenca. Por otra parte, equilibré este discurso histórico del nombre con trazos modernos que conectaban al barco de la marca con la textura de un billete moderno. Así, la marca de agua de la textura del dibujo de la nave se asemeja a la de billetes de banco, en un contexto de elementos gráficos complementarios que proyectan una idea de eficiencia. Como resultado, toda la imagen transmite un mensaje que integra tradición y actividad, eficiencia y buenos negocios.