La marca Gran Chaco fue creada a instancias de la Fundación Gran Chaco, una ONG con sede en Formosa (Argentina), que es pionera en la generación de acciones tendentes al desarrollo de la región y en especial al soporte de las comunidades aborígenes. Después de recorrer la región y entrevistar a integrantes de las comunidades Qom y Wichí y personas involucradas en el tema, diseñé como marca un símbolo fuerte, simple, fácilmente reconocible sin necesidad de explicaciones e interesante en las interpretaciones que despierta en quien lo ve. Así, se puede pensar que la marca vinculará al Gran Chaco con el palo borracho, árbol típico de la zona, además de verse como una mano y con la sensación de apertura o crecimiento que dan las ramas o dedos superiores. De esta forma se logra que la marca despierte asociaciones, tanto con la naturaleza como con la cultura de quienes habitan la región. También, el punto inferior vincula al Gran Chaco como poseedor de algo propio (lo que uno se imagina que contiene el palo borracho). Esto otorga a la identidad algo de misterio y mayor atractivo visual.
En conjunto, la marca se expresa desde una imagen positiva y amigable, que hace eje en las bondades del Gran Chaco. En lo operativo, la marca pretende funcionar como denominación de origen de productos, de estímulo publicitario al turismo, como señalización, sello de calidad, etcétera. Podrá, en síntesis, ayudar a dar visibilidad, definir, diferenciar y mostrar el todo y cada parte constitutiva del Gran Chaco.